Entradas

Mostrando entradas de julio, 2010

REJILLA PARTE III

Roturas y remiendos Las roturas de las rejillas, si son por desgaste, con el tiempo se forma un hundimiento en el tejido, en la parte más desgastada, generalmente más en los asientos que en los respaldos. Se van rompiendo fibras, poco a poco y el tejido va cediendo de manera que la recuperación se va haciendo imposible. Hay que quitar todo el tejido y confeccionarlo de nuevo. Sin embargo, si la rotura es accidental y de tamaño reducido, el remiendo es posible. Así lo concebí, desde un principio, cuando el accidente me sobrevino de repente. Un día, utilizando el antiguo sillón de madera y rejilla, se rasgó el asiento. Aunque los tres sillones “de tipo americano” motivaron la retirada de aquel sillón, aún lo conservaba como mueble de uso doméstico. En un principio lo tenía en el taller de la trastienda de la barbería y lo utilizábamos para acomodarnos en él como un mueble más, junto a varias sillas. Pero en caso de emergencia, algunas veces lo utilizábamos en la barbería, por aq...

REJILLA PARTE II

Encargos a mi madre Al llegar a mi casa, comí y me dispuse a montar el asiento de la mecedora. Le pregunté a mi madre ¿dónde lo tenía? No sospechaba la sorpresa que me aguardaba. Pero, al tomar el asiento que lo había dejado en un lugar apartado del comedor de la casa, me dijo: -¿Sabes que ha pasado, Paco? Que al llegar a la carnicería de caballo, una mujer, la tía Antonia, me ha preguntado ¿Que dónde me habían hecho esta rejilla? -¿Y Usted qué le ha dicho?- Le interrogué, por simple curiosidad. -¿Qué querías que le dijera? Que la habías hecho tú. Le he contado lo mucho que has tardado en tejerla y me ha dicho que “te diese la enhorabuena”, por lo bien hecha que está. ¡Ah! Me ha pedido que te acerques a su casa, porque quiere que le restaures la suya. -¡Madre! ¿Qué ha hecho? Le ha dicho que me haré cargo de su rejilla y se queda tan tranquila. ¿Es así? -¡Naturalmente! Con lo contenta que estoy, no...

REJILLA PARTE I

Imagen
Para abrir la primera barbería de la calle Dos de Mayo en el mes de junio de 1958, como trabajaba en Cerámicas Hispania, de Manises, un compañero de trabajo que vivía en Paterna me comentó que su barbero quería vender parte de su barbería porque se iba de emigrante a Suiza. Me puse en contacto con este señor y me vendió el sillón de madera curvada y asiento, respaldo y cabezal de rejilla, el espejo casi nuevo y unos estantes de cristal, por el módico precio de mil ptas. Además, me regaló una navaja de afeitar con mango metálico, un cepillo de limpiar cuellos y otras herramientas, que él no iba a necesitar y a mi me hacían falta, porque casi no tenía. Más adelante adquirí un segundo sillón de los llamados de “tipo americano”, metálico, de asiento y respaldo de rejilla y reclinable, para realizar mejor el afeitado. Este segundo sillón lo adquirí de un barbero llamado Ángel Soriano que había sufrido los efectos de la riada del 57, como mi familia, pero en la calle de Sagunto de Valenci...