PRÓLOGO DE LOS CUENTOS DE RIBARROJA

CUENTOS
DE RIBARROJA DEL TURIA
(Basados en hechos reales)
Por Frantamo

“En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira”.
Frase popular.


PRÓLOGO

El autor de estos relatos, basados en hechos reales, pensó que sus 69 años de su vida, de los cuales 51 ejerció de peluquero, le habían proporcionado muchas anécdotas que se le habían quedado en la memoria y forman parte de la historia de Ribarroja del Turia.
No es pues un atrevimiento decidirse a contarlas, porque desde siempre las ha ido relatando a sus clientes alrededor del sillón. Algunas mejor que otras, las conserva con la ilusión de sacarlas a la luz, en este caso mediante un libro.
Él esta seguro de que el lector de estos relatos puede pensar que no fueron tal como él los cuenta, que hay muchos datos equivocados, pero estos hechos están basados en realidades ocurridas de verdad y personajes reales que han existido. Todo es verdad. Pero no es menos cierto que, desde la peluquería, se ven los hechos de una manera muy diferente a cómo los ve el que los observa o los vive directamente o desde otros puntos de observación.
La peluquería, antes barbería, ha sido a lo largo de la historia un centro de tertulia y cotilleo. Por allí han pasado las noticias y comentarios de todos los hechos locales, bajo el filtro de los rumores, discusiones, manifestaciones espontáneas, revelaciones interesadas y hasta confesiones, a veces inconfesables.
Los hechos crudos y duros, difícilmente hubiesen tenido acceso directo a la barbería, actualmente peluquería. Siempre han sido pulidos, recortados, agudizados, forrados de hipocresía, avanzados en forma de intuiciones, o camuflados a la manera en que lo suelen hacer los diplomáticos. Sin embargo, no dejan de tener su motivación y reflejo de realismo, bien o mal intencionado.
Sin embargo, actualmente, con la peluquería reservada, se ha logrado algo muy significativo: que la noticia, el rumor o el hecho en sí, tiene mayor posibilidad de atravesar el filtro sin tener que modificarse tanto como lo ha sido a lo largo de la historia. Quien transmite, “el corre ve y dile”, lo primero que hace, antes de comenzar la transmisión de la noticia, el rumor o el cotilleo, es mirar a su alrededor y comprobar que, a quien le escucha, no le va a afectar de manera que él se sienta en ridículo o molesto, por hacer de “alta voz”. O quizá todo lo contrario. Según sus buenas o malas intenciones.
En la actualidad, no se necesita tanta precaución, porque el reservado permite mantener el “no digas que te lo he contado yo”. Así se sacuden las responsabilidades quienes quieren mantener en la reserva su mala o buena intención y cuidar, por ejemplo las buenas apariencias. “¡Ah! ¡Yo no he sido!” o, “para que sepas que yo lo sé todo sobre el caso”.
Lo importante de estos relatos es que el autor de los mismos se lo ha pasado bien escribiéndolos. Y espera que tú te lo pases bien al leerlos. Si es así, daros la mutua enhorabuena por el feliz trabajo de haberlo escrito él para ti y por haberlos leído tú para él.


Frantamo

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